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Transformarse o desaparecer: el futuro de las finanzas es digital

Por Marcelo Girotti, CEO del grupo BGH y Director Ejecutivo de BGH Tech Partner

El sector financiero se está transformando digitalmente a pasos acelerados. Las posibilidades que nos brindan las nuevas tecnologías para estar siempre conectados, el negocio fintech, utilizando analytics, blockchain y la capacidad ilimitada de la nube, están desplazando los viejos paradigmas establecidos en la industria, haciendo que surjan modelos de negocio superadores basados en una mayor personalización, agilidad y eficiencia para sus clientes.

Si bien se trata de un fenómeno global, América Latina se destaca por tener el crecimiento vigoroso de servicios financieros móviles, a una tasa de 50% según GSMA[1] . En Argentina puntualmente, el BCRA [2] afirma que, si bien la mitad de los habitantes del país no están bancarizados, hay 1.5 celulares por persona. Además, nuevos participantes del mercado están ofreciendo microcréditos fuera del sistema bancario, así como también medios de pago alternativos: en el último año prácticamente se duplicaron las billeteras digitales, de 1,8 millones a 3,5 millones[3] . No caben dudas: el futuro es la banca digital en cualquiera de sus formas.

Frente a este panorama, para no desaparecer, el sector tendrá que adaptarse rápidamente a las aplicaciones que usan sus clientes, y no al revés. El principal desafío es entender desde la conectividad cuáles son los hábitos de consumo de las personas, considerando que hay un nuevo segmento que sólo utiliza canales digitales: los clientes esperan que las apps de los bancos funcionen tan bien como aquellas que usan en su vida cotidiana para conectarse con amigos o escuchar música; quieren poder realizar operaciones en cualquier lado, a cualquier hora, desde cualquier dispositivo.

Cada vez más veremos ofertas de la banca para retener a sus clientes, o tentar a nuevos, con soluciones y tecnologías que respondan a estas expectativas. Por ejemplo: automatización, para operar sin tener que ir a una sucursal; autenticación biométrica, para ganar nuevos segmentos de mercado, como los millennials; omnicanalidad, para poder operar desde distintos dispositivos; Inteligencia Artificial, para mejorar la atención al cliente; y seguridad, para evitar el fraude y permitir transacciones seguras. La nube, con analytics e inteligencia artificial, podrá además predecir el comportamiento y preferencias de los Clientes para ajustar los servicios a las necesidades cada vez mas demandantes de los mismos.

En este sentido, ya se dio un primer gran paso: el BCRA dictó en el último tiempo normativas relacionadas con el uso de tecnología en la industria financiera, dándoles la posibilidad de tercerizar servicios tecnológicos en la nube o de incorporar monitoreo remoto a cierta distancia de las sucursales como una medida de seguridad. También fue interesante la posibilidad de instalar en las sucursales bancarias cafeterías con wifi.

Estamos viviendo el comienzo de una nueva era en la que todo parece posible si se cuenta con la tecnología correcta. El camino recién empieza.