Por Martin Mendez Decoud, Gerente de Producto de BGH Eco Smart
Como consecuencia de la crisis sanitaria mundial producida por el COVID-19, muchos de los conceptos y normas sociales, culturales y sanitarias cambiaron, dando lugar al “new normal”. Entre ellas, el de calidad de aire interior, que cobra un especial protagonismo en relación con los sistemas de climatización, calefacción y ventilación de los edificios, viviendas y diferentes espacios.
«Indoor air quality» o IAQ es un término que se refiere a la calidad del aire dentro y alrededor de edificios y estructuras, especialmente en lo que se relaciona con la salud y el confort de sus ocupantes. Según la normativa 62-2004 de la ASHRAE (Sociedad Estadounidense de Ingenieros de Calefacción, Refrigeración y Aire Acondicionado), principal organismo a nivel mundial de la industria HVAC, la calidad del aire interior aceptada es aquella en la que no hay contaminantes conocidos en concentraciones dañinas reconocidas por autoridades y que la mayoría de las personas expuestas (80 % o +) no expresen insatisfacción.
Las personas respiran, en promedio, 20.000 veces por día, y la naríz solo puede evitar las partículas más grandes. Las fuentes de contaminación interior o exterior que liberan gases o partículas de menor tamaño al aire son la causa principal de los problemas de calidad del aire interior: Aparatos de combustión en mal estado, algunos materiales de construcción, mobiliario o productos de limpieza, tabaco o virus son algunos de los muchos de ellos. Hoy, en la coyuntura sanitaria actual, se suma la preocupación por el COVID-19.
Una de las certezas sobre el COVID-19 es que se trata de un virus altamente contagioso y que se transmite, entre otras formas, por el aire. Según la ASHRAE, la transmisión del SARS-CoV-2 (el coronavirus causante del COVID-19) por el aire es lo suficientemente probable como para que la exposición por vía aérea al virus deba ser controlada, y la calidad del aire interior respetada. Cambios en el funcionamiento de edificios, viviendas y otras superficies, incluidos el de los sistemas e instalaciones de climatización, calefacción y ventilación pueden reducir las exposiciones por vía aérea.
La ventilación y filtración facilitadas por los sistemas e instalaciones de climatización, calefacción y ventilación pueden reducir la concentración de virus aerosoles, como el SARS-CoV-2, en el aire y por tanto sus riesgos de transmisión. Espacios no acondicionados pueden provocar estrés térmico en personas, con amenaza directa de su vida y reducción de su resistencia a la infección. En general, desactivar el funcionamiento de los sistemas e instalaciones de climatización, calefacción y ventilación no es una medida recomendada para reducir la transmisión del virus.
Entendiendo esta realidad y acompañando este nuevo concepto y necesidad, desde BGH Eco Smart desarrollamos soluciones basada en cuatro aspectos fundamentales IAQ: eliminar, remover contaminantes biológicos en ambientes y superficies); ventilar (reducir la concentración de contaminantes para contribuir con la renovación del aire); limpiar (filtrar partículas para su eliminación); y monitorear (controlar la calidad de aire circulante, verificar la temperatura corporal de los ocupantes del edificio, obtener datos para garantizar el funcionamiento del sistema de IAQ utilizado). Son soluciones complementarias para la transformación de ambientes en entornos limpios, seguros y eficientes.
En suma, prestar más atención al concepto Indoor Air Quality, garantizando la calidad del aire interior a través de los sistemas de climatización, calefacción y ventilación de los edificios, viviendas y otros espacios, es sinónimo de salud y confort de sus habitantes, y parte del llamado “New Normal”. Y está muy bien que así sea.